Combinaciones inusuales, el mundo extraordinario

4149209264_09d634b9eb_zLa materia puede combinarse de múltiples maneras y todas existen como posibilidad. Hay combinaciones de más elementos y de menos. Los de mayor número, son más difíciles de ver en la realidad cotidiana, pues a más elementos más cuesta de que se expresen juntos en Armonía. Sean de más número o menos, todos existen en unas condiciones muy exactas y son de una precisión química tremenda. Mantener el orden natural de la existencia depende de ello. La realidad, aunque a veces la veamos como caos (= esa parte que de momento se nos escapa) tiene sentido y es tremendamente ordenada. Esto no quiere decir que sea todo una «balsa de aceite», fácil y sin complicaciones. El conflicto es algo ordenado. No hay algo más o menos bueno, lo que existe es más consistente o no, dependiendo de si presenta una combinación más o menos «completa». Entremos en ello.

La materia tiene «sus razones», existe una consistencia lógica en la realidad aunque ahora veamos muchas cosas fuera de lugar. Lo que existe, las personas, los objetos, las ideas… Son combinaciones, en más o menos afinidad con el patrón «origen», esa realidad ejemplo de cómo son las cosas en su estado puro, que existe en cada uno de nosotros, y que desde cada uno podemos conectar cuando tenemos la afinidad suficiente con ella. Lo que vemos en nuestra realidad cotidiana, son combinaciones más probables o improbables en unas circunstancias u otras, a las que en la práctica acabamos viendo en el tiempo. Vamos a vivirlas conscientemente todas, pues están en nosotros como información. Es parte de nuestro crecimiento vivirlas conscientemente, por eso ahora la clave de nuestro desarrollo es la conciencia. Ser consciente de toda esta información que está en nosotros, que la sabemos y ahora con la conciencia nos adentramos a conocer.

En estos momentos de conflicto, podemos ver combinaciones, que por las circunstancias, cada vez son más probables. Por ejemplo, es fácil encontrar un político corrupto hoy en día. Es una combinación de una persona en fase de desarrollo que no ha llegado a la integridad de su personalidad, combinada con la necesidad poder (pues no hay integridad) y un deseo exacerbado (pues se ha expresado demasiado) de fondo hacia la posesión de la materia.
Otro ejemplo sería el de la probabilidad de que dos personas que buscan cosas muy diferentes se lleven bien. Si en su combinación se incluye un punto de mira al desarrollo, será combinación acertada seguro, si no, será poco probable que esa combinación encuentre la Armonía. En este caso, la voluntad al desarrollo es un elemento más que da la vuelta a todo.
Una sola información aplicada a la mezcla, genera la combinación exacta para que aquello funcione a unos niveles que abren puerta a que se sigan añadiendo más elementos extraordinarios y convertir esa realidad en algo alucinante.
¿Entendéis ahora las expresiones del mundo? ¿Por qué lo extraordinario es poco probable? Sigamos…

La evolución debería ser algo en sí mismo lo habitual, pero hay una inercia social tremenda que hace que las combinaciones de desarrollo sean difíciles, pero no imposibles. Para salir de esa inercia, hay que aplicar una fuerza tremenda, y ahí es donde se manifiesta la individualización, el salir de ese «campo de gravedad» colectivo para entrar en el propio, y es esa misma dirección la que abre la expresión de nuevas combinaciones, y por lo tanto una combinación más exquisita.

La química de la materia hay que entenderla fuera de la dualidad con la que se suele clasificar todo. Que algo sea mejor o peor ya no importa porque su expresión en estado puro presenta estos matices. Es como si fuéramos al origen de las palabras, de los objetos, de las personas. Al acercarnos a su esencia, no hay dualidad sino un mayor o menor acercamiento a ese mundo puro del que en nuestro cuerpo tenemos un nexo. Es por eso que las grandes transformaciones vienen a partir de combinaciones muy potentes que irrumpen en la materia para dar un giro a las cosas. Son muy puras y por lo tanto mueven los ejes del mundo. Son vistas como conflicto, evidente… Mueven lo que ya no sirve, y son tremendamente catalizadoras de grandes cambios.
Son difíciles de ver en el mundo cotidiano, en cambio sí existen en esa realidad «perfecta» como todas combinaciones posibles, y aparecen, sólo cuando el orden natural puede romperse. Como os he dicho, su acción es muy potente, por la naturaleza de su combinación. Suceden de una manera impredecible, pues están fuera de la inercia. Son inusuales, no porque sean únicas, pues todas lo son, sino porque se componen de muchos elementos que no suelen verse juntos.
Cuando aumenta el número de elementos es más difícil que puedan verse, y más en armonía. La riqueza de la materia inusual se expresa poco, pero cuando lo hace, irradia por sí misma, por lo tanto es fácil reconocerla… Siempre que estés en en la «onda» de esa química. Si no hay afinidad, ni la ves ni te la encuentras. Es por esto que nunca nos pasará algo que no podamos sostener. Es químicamente imposible.
La inercia atrae al mismo tipo de materia constantemente y ello forma una realidad determinada a la que la sociedad se «acomoda». Sea más agradable o no, la valoración «química», que es la que en el fondo marca su ley, siente las cosas como familiar o no familiar (esto explica la atracción por los problemas de muchas personas, como si les gustara. Este «gusto» es familiaridad).
Las combinaciones extraordinarias tienen detrás un observador consciente que ha contemplado la combinación en este mundo puro que tenemos como ejemplo y ha querido traerla al mundo cotidiano. Extraer una combinación exquisita fuera de este mundo «divino» es una tarea que en estos momentos está fuera de la inercia. Por este motivo, el que tenga el privilegio de vivenciar alguna, le aconsejo que la aproveche.
¿Cómo reconocerlas? Primeramente porque son completamente diferentes a lo habitual. Llenan todo el espacio donde se manifiestan de su misma existencia exquisita, ordenada, coherente. Por lo tanto el tiempo es expresión total hacia el desarrollo, se aprovecha todo y se llena todo de ello. En estos momentos, por la necesidad evolutiva existente en la sociedad, se presentan como destructores de esquemas caducos, introducen ideas nuevas, no vistas anteriormente. Rompen con la inercia, y por lo tanto, abren los campos del cambio, de la creatividad y de una evolución nunca imaginada 🙂

Meritxell Castells 9/10/2014

Photo credit: Dominic Alves

 

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