EL ASUNTO DEL YO Y EL OTRO

Nuestro cuerpo físico responde a las leyes de la naturaleza como pedacito que es de ella. Estamos organizados para sobrevivir y desarrollarnos. Por ley química este propósito asegura los elementos para ello dentro de un ecosistema, sea el que sea, pues cualquier espacio en un momento, cualquier composición de la realidad actúa como una completitud química en términos químicos y de información. Y del mismo modo que una fórmula química, tiende al equilibrio. Cualquier «mezcla», sea química o de información debe estabilizarse dentro de un orden natural. Desde la química, puede parecer un acto de tiempo (adaptación, estabilidad, compensación, etc) pero desde la información es rápido, sobre todo porque los humanos podemos interferir en este proceso conscientemente.
Mi investigación empezó en el 2012, cuando me fui de Catalunya para encontrar la base substancial de los desacuerdos entre Catalunya y España por el asunto de la independencia, que además sentía que tenía que ver con los desacuerdos entre las personas en el mundo, así como los países. Todo va en torno a entender el asunto entre «yo y el otro», o sea, integrar la diferencia. Tengo facilidad para comprender el universo como química y como física, es algo natural que siempre ha estado en mi. Necesitaba un punto de referencia y decidí irme a las montañas para estudiar las leyes de la naturaleza, comprender la base de nuestra existencia, lo que tenemos más tangible. Estuve un año en el Valle de Benasque (Aragón-España). Comprendí que la naturaleza es un sabio de millones de años. Descubrí que hay una inteligencia en la materia, en los ecosistemas, en los cuerpos, que es la que hace latir el corazón, la que hace que una planta pueda romper la tierra y brotar. Descubrí la matemática de la naturaleza, el mundo organizado, el orden natural, la coherencia de la materia, y como esta responde al sistema de comunicación más básico que conocemos, los binarios. Más tarde descubrí que esta comunicación no se queda en los binarios y aquí es donde vi que esta inteligencia es más que una química organizada. Hay que observar y saber interpretar su lenguaje, e ir más allá de ello, observar la inteligencia del universo como una forma de vida. Sí, el Universo es inteligente, más de lo que se cree.
Lo empece aplicar en salud como hace un animal en su ecosistema. El asunto es entender que cualquier espacio donde estamos en un momento concreto funciona como un sistema íntegro, y es el mismo ecosistema que equilibra la información química partiendo de una interacción consciente en el caso de un Humano, de la misma manera que un animal hace en su ecosistema, a diferencia que este último lo hace inconscientemente y funciona por leyes colectivas, donde entra también la auto-renovación, pues es la identidad especie que busca seguir adelante. Todos los elementos de un ecosistema son como un mismo cerebro, con todas las leyes de su interacción y existencia. Cuando un Humano se adentra en un nuevo ecosistema puede contactar, por ejemplo con una nueva bacteria. Empieza el conflicto, pues estamos en el asunto de «yo y el otro», entendiendo el concepto de «el otro» como algo ajeno a mi «ecosistema». Comprendí que en las relaciones entre personas, los conflictos suceden porque la diferencia se contempla desde las emociones, donde la relación con la realidad es un asunto de «me gusta o no me gusta» porque se ve lo diferente como una amenaza. En cambio desde la mente, lo diferente es definir. Así pues, separar no es apartar, sino definir. Es entonces cuando la persona ve la diferencia como una oportunidad de intercambio, un enriquecimiento.
Definirnos como entidad humana requiere definir el elemento de interacción que nos representa, quizá esto sea el anticipo para el contacto con lo que representa más allá de ello. Ir al espacio es contacto con nuevas formas de vida, ecosistemas diferentes. Por eso ante cualquier desarreglo, el propio ecosistema orgánico te lleva a una una evolución igual que hace el sistema defensivo durante nuestra vida en el propio ecosistema terrestre. El primer ecosistema es la propia biología, y vamos ampliando, saliendo de nuestra burbuja. El espacio es una burbuja más grande, con sus leyes que vamos integrando a las nuestras con la mezcla.
El concepto parte de aquí y he descubierto varias formas sencillas de llevarlo a cabo en la práctica. Es lo más rápido y efectivo que he visto, efectivo porque trata el tema desde antes de que aparezca si se usa como preventivo, y en el caso de que la incertidumbre aprieta (factor sorpresa, la enfermedad) el proceso es igualmente efectivo en la completitud de un trabajo de integración con el nuevo elemento, que representa integrarse al nuevo ecosistema conservando el principio de identidad individual y la continuidad de la vida.
No requiere ningún tipo de substancia, ni natural ni química. La información del mismo ecosistema es la cura. Si observáis es el mismo proceder de la Naturaleza, inteligente, la completitud del propósito con la mínima Entropia.
Tiene muchas aplicaciones, como he escrito al inicio, en salud, restablecimiento de ecosistemas, defensa, comunicación inteligente, desarrollo de personas, equipos de trabajo, inteligencia artificial, ciudades, empresas. Es además un espectacular sistema de conocimiento, que se realiza en la misma interacción consciente con estos campos de información. Con la práctica y los retos constantes he desarrollado una habilidad especial ello, que puede incluso ser interesante para la comunicación inteligente, conocimiento y adaptación a nuevos sistemas de vida.
Quiero poner estos conocimientos al servicio del desarrollo del mundo.
Tras esto está el secreto de la electricidad, que para mí es la substancia inteligente del universo. He investigado sobre muchos temas que puedo compartir y poner estos conocimientos a disposición con la finalidad de un avance de la sociedad. En el tema de salud hay un asunto importante a tener en cuenta, la industria del medicamento esta desequilibrando la química del planeta a través de la eliminación de sus residuos (por orina, por ejemplo).
Quiero añadir que dejé los libros y fuentes de conocimiento externo para buscar el conocimiento por mí misma. No he querido influencias, solo posteriormente como comprobación. Mi talento es pensar. He desarrollado una manera de conocer científica que contempla el universo y sus leyes de una forma diferente, donde encuentro la coherencia con todo. Es una de mis maneras de comprobar que donde estoy llegando es correcto. No busco tener la razón o reconocimiento, sino desarrollo y conocimiento, con el respeto del orden natural que existe incluso en la interacción con la información. He llegado a informaciones de lo que somos, de la materia, informaciones que la ciencia no ha llegado todavía o están llegando pero no comprenden, pero esto ocurre por la manera de observarlas, pues capacidad tenemos todos, por eso estamos en el mismo orden químico. He visto lo que un ser humano evolucionado supone para la química ambiental por ejemplo. Esto se comprende científicamente, viendo los intercambios irónicos de ese ser con su entorno.
Tengo un enorme respeto por la evolución, por la existencia. Para tener contacto con otro ecosistema hemos de aprender a respetarlo, y esto empieza en nuestro desarrollo completo dentro de nuestro ecosistema. Y lo mismo, para salir de la Tierra primero debemos aprender a respetarla. Quien no sabe cuidar su mundo le es fácil destruir otros. La interacción con otros mundos debe ser un asunto inteligente, civilizado. La conquista fruto de ver la diferencia como una amenaza genera destrucción, invasión. La interacción inteligente requiere entender el concepto entre «el yo y el otro», para ver al otro como una oportunidad de desarrollo y no como un elemento para destruir. Entiendo que hay momentos en la evolución que estamos en periodo «guerra», cuando este principio todavía no está integrado. Este asunto viene con la identidad. Cuando la Humanidad llega a este avance da un salto en las interacciones y empezamos a generar interacciones inteligentes con otros mundos. En todo esto hay un orden natural/químico. Todo a su tiempo y con el propósito de avanzar en el desarrollo de todos.
Somos los mismos reinos de la naturaleza añadiendo el factor humano. En una ciudad hay minerales, plantas en todas sus formas, animales y personas. Es otra forma de ecosistema. Somos los mismos en el planeta, con otras formas. Mientras seamos todos, cualquier sociedad debe ser simbiótica, es el principio de su equilibrio necesario para seguir el desarrollo inteligente que la naturaleza nos ha dejado como legado y poder entrar en otros ecosistemas de manera estable.

Gracias y bienvenid@s

Meritxell Castells

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