Enfocar la Educación

15/12/2012   por Meritxell Castells

 

La Educación se plantea en estos momentos como algo que no acaba de encajar. Lógico…evolucionamos y necesitamos conocimientos que den soporte empírico a lo que somos.

Observemos el mundo…Es evidente que nos encontramos en un momento que requiere cambios. Es así desde hace mucho tiempo y cada vez parece que es peor. La educación que conocemos es una fuente externa, y está basada en estructuras fijas creadas por nosotros mismos. Podemos pensar que hay intereses a encaminar a la sociedad hacia una conducta que anula la capacidad creativa, aunque también puede ser el fruto de la misma «moral» que fabrica conceptos para funcionar mientras no los generamos por nosotros mismos. Durante muchos años la humanidad ha funcionado así, se han establecido los conceptos del bien y del mal con unas bases determinadas. A partir de aquí lo clasificamos todo. En cierta manera, es un aprender a diferenciar, separar, pero desde un punto de vista cualificativo y separador. Definir no es eso, no lleva el componente emocional que condiciona una conducta. Es pura expresión mental, enuncia la correspondencia en palabras de lo que queremos definir. Una definición no es ni bueno ni malo. Simplemente es.
Las enseñanzas nos han dado lo que no queríamos buscar por nosotros mismos. Y seguirá siendo así hasta que por voluntad, uno mismo rompa con esa conducta.
En las primeras etapas de vida nos estamos formando y el entorno es ejemplo de aprendizaje de lo que existe además de nosotros. Nos sirve para identificar lo que somos, para expresar la «educación» interna que funciona por sí misma, son nuestras capacidades individuales, el potencial evolutivo, que parte de la dirección individual que somos cada uno. De entrada de manera no consciente, creamos a nuestro alrededor el campo de aprendizaje con la información que nos interesa. Este campo es consciente cuando empezamos a ser conscientes de lo que buscamos en la vida, lo que nos define. Es esa dirección que podemos identificarla desde que nacemos, y que se expresa en cualquier manifestación de nuestros actos, formas…cualquier cosa que sale de nosotros, pues somos eso. Es la intención más elemental de uno mismo, nuestra identidad, es el por qué estamos aquí.
Vamos creciendo, y los intercambios con el entorno son cada vez más amplios. Lo más básico, la creación como vida es ya bastante conocido en su aspecto identificador básico, y nos enfrentamos a las creaciones hechas por nosotros. Las relaciones son intercambios más complejos, empiezan a aparecer otro tipo de conflictos. Seguimos adquiriendo conocimiento del entorno, pero tenemos más capacidad de acción, lo hemos aprendido.
Pero… el aspecto evolución no lo aporta la edad, es como otro sistema de secuencia numérica que tiene que ver con la voluntad para seguir el orden interno que aporta la completez del sistema vida. Se manifiesta en una necesidad de llevar a cabo con naturalidad acciones que desprenden una cierta sabiduría. Son acciones en el conocer, no en el recrearse en conductas que obedecen más a un comportamiento irracional. En un adulto es más fácil apreciarlo. En un niño podemos captarlo intentándolo ver como un acto de conocer cada vez más. Es una «sed» de conocimiento basada en la necesitad de ubicación. La evolución aporta un incremento de la sensitividad exquisito. Si hay más contacto con el entorno ha de haber más capacidad de integrarlo. La intención imparable hacia el conocimiento nos lleva a hacerlo. Es una necesidad imperiosa de tener todo nuestro entorno perfectamente definido.
La sociedad va cambiando, las diferencias generacionales son cada vez más evidentes. El contacto con los elementos externos encamina hacia estos cambios pues las integraciones son más ricas. Evolucionamos…
Entonces, desde un adulto, ¿cómo planteamos la educación?
Primeramente preguntémonos hasta qué punto nos conocemos para podernos acompañar en el proceso. ¿Qué sabemos sobre los reinos de la naturaleza?…¿y sobre lo que es un ser humano?
Vemos conflicto a nuestro alrededor… ¿Y si realmente el conflicto forma parte de los «planes» de la evolución? Si observamos la naturaleza en estado virgen, hay una lucha constante por la supervivencia…que genera belleza. Observar el reino vegetal, cómo de una semilla nace una flor y un fruto. Es una transformación constante, una guerra por el perfeccionamiento para crear la máxima interacción que garantiza su continuidad. Los animales hacen lo mismo, elevan sus atributos para atraer al sexo opuesto y asegurarse la continuidad de la especie.
Nuestra esencia se expresa de manera natural, es nuestra expresión de la materia viviente, una obra de arte prácticamente acabada, y que es base para el desarrollo de nuevas substancias. La mente…como mar de posibilidades nos abre un campo en la expresión que todavía nos es desconocido. Somos una integración de reinos, los reinos mineral, vegetal y animal están en nosotros. Es interesante reconocer cada atributo que tenemos de ello. Es ser conscientes de lo que somos.
Desde el momento de la concepción, la célula lleva en sí misma los «planes» de su evolución hasta el momento en que la experiencia de la individualidad nos presenta una libertad necesaria, que abre la múltiple expresión del aspecto libre de un ser humano, la manera de pensar. El cerebro es físico, es como nuestro hardware. En cada uno se expresa con sus particularidades individuales que se van diferenciando según nuestras direcciones. Como especie tenemos puntos comunes, y uno es éste, pues el cerebro es físico y estaría dentro del desarrollo de la substancia vida. La vida nos ofrece una base común que da la consistencia al hecho de poder estar juntos. Tenemos una biología común, por ello podemos convivir todos en el planeta.
El desarrollo del la mente ha generado que la propia substancia viva evolucione hacia la experiencia del «margen» para sobrevivir. Es evidente que no estamos en un ecosistema virgen, en perfecto equilibrio… algo ha pasado. Sí, es el desarrollo de la experiencia mental que desarrolla la individualidad, el minúsculo avance de lo que somos capaces de hacer.
Entonces, ¿Cómo enfocar cualquier relación? sea educativa o no ¿dónde está la diferencia?
Analicemos el concepto…
Educar se ha presentado como un acto impositivo, es diferente al hecho de enseñar unos conocimientos. Aunque el acto está detrás…en el cómo llegamos a la información. Son las estructuras del pensamiento. Recordemos que estamos formando la mente, y a través de lo que ya conocemos como sistema vida le añadimos la comprensión desde otra substancia. Comprender es integrar la existencia de todas las maneras posibles, tantas como nos plantee la evolución.
Estamos en un momento delicado en la expresión de lo que somos…el paso de ser un animal racional a un ser humano. Parece una tarea sencilla, y reconocer cada expresión nos permite enfocar todo este asunto.
Primeramente os invito a reconocer los atributos de cada reino de la naturaleza en nosotros y en las personas que nos rodean. Reconocer comportamientos que obedece más a una conducta animal e intentar identificar las cualidades que definen a un ser humano.

Posted by Meritxell Castells 15/12/2012

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