La clonación, ¿un hecho estable? 1ª Parte

 

Parece que la clonación no está favorecida por la vida… Veamos el porqué

La experiencia de los márgenes de la vida (la degeneración) nos hace generar una conducta que incrementa la duda hacia nosotros mismos. La vida nos pone a prueba, y ¿seguir en la continuidad de los eventos que no son estables, es la única opción? No es cuestión de fe, sino de certeza. La realidad de lo que somos es la mayor evidencia que tenemos.
Hay ramas de la ciencia, como la física que avanzan favorablemente. El producto tecnológico crece con la sociedad en una simbiosis evolutiva. Podríamos avanzar más, por supuesto… pero no vamos en contra.
En cambio, en lo referente al acompañamiento de la vida, la situación no está observada, ni trabajada, desde sus elementales leyes. A partir de aquí, conservar la vida es un «parche» tras otro. El acto de clonar es otro más, que llega a desafiar estas leyes, para llevarnos a comprenderlas.
La vida favorece los eventos que aportan riqueza interactiva, por ello la reproducción es ya una interacción. Además, que generen el mínimo gasto energético. En una expresión secuencial como es la vida, no cabe otro elemento exactamente igual, pues no genera riqueza de intercambios ni es necesario como expresión. Para la naturaleza es perder el tiempo.
Cualquier elemento en la existencia es un sistema completo, cuyo conocimiento es contemplado en nuestro avance consciente del conocimiento de sus leyes. Por ejemplo, una célula es una expresión de materia de múltiples componentes. Es una identidad en un tejido. El margen sustenta la aparición de otra célula completamente igual, pues este no es más que otro tejido (para saber más del concepto del margen >>> blog Humanidad Herida).

La clonación no sigue las leyes de la sustancia viva, aunque puede sostenerse dentro del margen, que como vemos es limitado. Es por ello que hasta ahora hemos visto fracasado este acto en el tiempo, que es proporcional, a todo lo que puede estirarse el margen. Un «parche» más…
El problema está en la desubicación de este acto en la existencia. Se intenta ubicar en la vida, y no es del todo vida. Materia es leyes. La clonación no obedece a las leyes de la vida. Obedecerá a otras leyes, pero a las que de la vida, no.
Existe, como algo, que todavía no ubicamos.
Empezaré por aquí.
Vemos que la vida favorece la diversificación. ¿Con qué sentido una materia viva se clonaría?
De entrada para solventar la dependencia. Aunque esto justificaría una reproducción asexual, no justifica el asunto de la identidad. La aglutinación de materia pasaría a ser un acto de clonación y no de interacción. Cualquier expresión es completa por sí misma pues expresa leyes. La clonación se presenta solamente como un acto inducido y no como un hecho natural que se expresa por sí mismo. En la naturaleza se expresa la reproducción asexual en algunos organismos, pero no tiene nada que ver con la clonación. Como os he dicho, hay que salir de la vida en su expresión exacta para ubicarla.
La vida es conciencia de masa, cualquier célula busca agregarse para formar tejidos, como los átomos lo hacen para formar moléculas, etc. Supongamos que un clon busca agregarse a otros clones suyos, ¿con qué finalidad?… ¿Lo veis? No es vida. Es algo diferente, pero vida en su expresión pura no es.
Estamos jugando en otros espacios… aunque sea solo para saber si es posible. Con ello entramos en la acción fuera de la previsibilidad, aunque hay múltiples maneras de hacerlo. A partir de aquí surgen asuntos como el respeto… ¿Hay diferencia entre una célula y un grupo de células? (¿ O sea una persona?). El respeto está en favorecer la evolución, respetar sus leyes… Aunque la interacción aparece hasta en este intercambio.

                                                                 … CONTINUARÁ

Posted by Meritxell Castells 25/5/2013

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