La conducta destructiva social, ¿estamos saliendo de la vida?

La sociedad es un ecosistema. Nuestra acción constante la está sacando de su equilibrio como está pasando en la naturaleza. Ya es una tendencia…y aunque no lo parezca, hay un sentido en lo que estamos haciendo. Os lo explico.

Estamos saliendo de lo que conocemos como vida, y la manera que tenemos de hacerlo es esta. Esta acción es totalmente inconsciente. Surgen preguntas y respuestas por intentar explicar la conducta destructiva social.
La destrucción existe como parte del generar. El movimiento y el cambio se mueven en estos parámetros. Así avanzamos y vamos experimentando toda la materia desde la perspectiva cognitiva. La justificación de lo que pasa se atribuye a una naturaleza retrógrada. Si la analizamos, vemos la voluntad a la acción, pero los motivos de dicha destrucción son totalmente inconscientes. Obramos por la vida para generar nuevas formas de expresión y aprender en otras substancias. Esto puede parecer difícil entenderlo, la clave para hacerlo es salir de la dualidad moral, la clasificación bien-mal que se impone a todo.
Veamos la destrucción como algo viable, empecemos por aquí. Y busquemos el sentido. ¿Por qué querríamos destruirnos? Partimos de una idea donde las acciones que atentan contra los ecosistemas nos destruyen. No puede haber conciencia de esos actos partiendo de esa idea… Pero sí puede haberla si en algún lugar de nosotros hay una información que sabe que eso es así por un motivo de continuidad. Son esas cosas que las hacemos y que no sabemos cognitivamente por qué motivo actuamos así. No nos tachemos de  retrógrados ni retorcidos…eso sería clasificar desde la dualidad moral. Si estamos poniendo en evidencia la vida, es porque estamos llamando a nuevas formas de seguir existiendo.
Este asunto puede asustar…por supuesto. La vida es lo que conocemos y es a lo que damos el valor máximo.
Cuando se buscan otras formas de vida, por ejemplo, se han encontrado bacterias que viven en condiciones completamente diferentes a las conocidas, se nos abre un campo de posibilidades. Lo que conocemos es lo que somos, y es lo que atribuimos como vida. Pero no descartemos que pueden haber otras formas de existir basadas en otros medios.
Lo que nos está pasando pone en evidencia la vida como la conocemos para pasar a expresarse de otras maneras. Empecemos por la experiencia de las enfermedades, la degeneración celular (lo que yo llamo «el margen», por tratarse de los márgenes de la vida). Si consideramos la vida en su estado puro, estar enfermo es estar vivo aunque en un porcentaje menor. Estamos integrando elementos químicos en nuestra biología considerados como tóxicos, como lo hace un árbol al que han clavado un cartel. Nuestro organismo intenta transformarlos…o transformarse para completar la interacción a la que se ve sometido.
Pero el asunto es mucho más profundo…pues estos elementos solo son contribuyentes al desarrollo de capacidades, pues lo que prevalece en toda esta historia es el individuo.
Cualquier forma de vida es una expresión integrada, y tras ella hay un complejo inteligente de agrupaciones de substancias perfectamente ordenadas, dentro de una previsibilidad o no, no condiciona. Puede ser algo que se puede definir en su totalidad o algo que no puede definirse pues no es previsible. Participa en las direcciones de una voluntad libre. Esto depende del campo donde se exprese, de dónde nos encontremos.
Sí, os hablo de la materia viva como previsible, pues se sostiene por defecto (inconscientemente). En cambio en el individuo es diferente. La evolución hacia lo humano nos adentra en la experiencia de la substancia libre, y a partir de aquí se necesita una «materia viva» diferente a la que ya conocemos.
Es lo que estamos haciendo, a pasos hasta donde nos permitimos… Entre nuestra necesidad de conocer otras expresiones de vida y la duda de si nos hemos de mantener en la que conocemos… que ya se acaba, como tal. Esto es lo que se conoce como mutación, algo que en un proceso de evolución es evidente. Las circunstancias externas de nuestro ecosistema acelera el proceso. Ya no somos vida en su estado puro…somos mezcla de otras cosas, que voluntariamente nos hemos adentrado a integrar.

Posted by Meritxell Castells 20/7/2013

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