La Creatividad es una capacidad humana de descubrir constantemente la mezcla perfecta de la materia en su momento exacto del tiempo… Entonces, el individuo añade el aspecto innovador que radica en su propia identidad integrada.
La materia es una extensa matriz, que lleva el germen de su potencialidad en las diferentes combinaciones que pueden llevarse a cabo. La perfección está en su completitud, dando el aspecto previsibilidad en el orden natural que conocemos.
Es nuestra matriz, expresada visiblemente en nuestra materia física, en la naturaleza… Es la vida, cuya «continuidad», el cerebro, algo todavía por descubrir, se nos presenta como el reto de integrar una percepción para la realidad, con el matiz de la diferencia. La matriz de la vida observa la existencia como un todo unificado, la mente separa para diferenciar, define.
En la práctica, son diferentes maneras de llegar a la información, expresadas con claridad en cómo percibimos la realidad. La diferencia está en el factor tiempo.
Llegar a una información mediante el cerebro y sistema nervioso es conocimiento, en cambio desde la vida es conexión.
La percepción cognitiva da valor tiempo, que es precisamente el tiempo de entendimiento, lo que dura la tensión del en-tender. Desde la vida, no hay tensión, porque todo ya es sabido. Y el tiempo, no es que desaparezca, es que son todos los tiempos a la vez.
Un Ser Humano es un ser que ha integrado todas las maneras de llegar a la información. Es como hablar de la integración de diferentes sistemas numéricos. Cuando esto sucede, aparece la creatividad.
Os explico en qué consiste.
Podemos valorarla desde dos puntos de vista.
La matriz de lo que puede existir como materia ya está hecha. Un individuo que ha integrado «todos los tiempos» es capaz de reconocer aquello que se presenta como el evento de encaje perfecto en la sociedad y en el tiempo exacto. Es un acto de innovación para todos, aunque en verdad es un descubrir una combinación de elementos, que existía como posibilidad, de manera perfecta.
Esto pasa porque una expresión, dada con una completitud de sus componentes y en el tiempo exacto, se comporta como una creación perfecta, y es el individuo íntegro el que puede descubrirla. Es capaz de captarla pues conoce toda la materia y todos los tiempos. Solo cabe esperar la coordenada temporal, que es el tiempo de todos, si su intención es presentarla al mundo.
La perfección se presenta como exactitud en un momento del tiempo donde la igualdad prevalece como constante en cualquier acción. Es por esto que es identificable por el mismo individuo. El fenómeno de la exactitud es identificable con el Amor, pues sólo así se realiza una creación que tiene sentido de progreso.
A partir de esto os preguntaréis si realmente creamos. El factor libre empieza en la opción de dirigirse al evento creador, y continúa en la propia manera de hacerlo.
Aunque el asunto no se queda aquí…pues la creación lleva en sí la innovación. El ser creativo no repite, y dentro de su propia creación, que es en sí misma una estructura de contacto con el entorno a la que podemos definir como identidad, se producen constantes fractalizaciones de esa estructura que siguen siendo innovadoras. El que es creativo lo es en toda su expresión…hasta cada inspiración de aire es diferente, pues la identidad se expande en cualquier acción.
Así pues, la creatividad como potencial es innata, es un evento en nuestra combinación de materia. El aspecto desarrollo está en el tiempo, la secuencialidad de la comprensión de los fenómenos de la evolución. La integridad es algo observable, pues lo que observas es una identidad. La completitud como fenómeno de novedad, es química fácil para el observador consciente. El secreto de la transmisión de cualidades está en el concepto de campo, y lo consciente que sea el individuo de dicho campo. Digamos que un campo es un conjunto de pregunta y respuesta conscientes cada una, de sí misma y de la otra. Cuando sabes lo que estás mirando, hay transmisión, pues ya no miras… Contemplas.
Escrito por Meritxell Castells el 10/11/2013