LA NUEVA SOCIEDAD DE LOS PRÓXIMOS 800 AÑOS

Si uno está donde tiene que estar, las cosas suceden, pues las líneas de la evolución general son una tremenda fuerza de poder para poner cada cosa en su sitio. 

A lo largo de la historia hemos tenido muchos yogas adaptados a cada época. La finalidad era desarrollar una disposición bioquímica, orgánica, geométrica… En resumen, organizar la materia para unas combinaciones concretas que son las que corresponden a una época. 
Todo ha servido, cada sabiduría ha sido una referencia… En un momento concreto. Cada tiempo tiene sus técnicas.
Pero qué sucede si uno sigue practicando esas técnicas milenarias? Que lleva a su materia a esa época, nada más. 
El conflicto es que ya no estamos en esas épocas, sino en otras. 
Las líneas de la evolución general actuales nos adentran en el fenómeno de la individualización, de una forma distinta a como ha sido en estos últimos años. Estoy hablando del verdadero concepto de la individualización, dentro de una evolución social correcta que solventa los conflictos del ego y separatividad actuales. Existe una evolución social sin todo esto, aquí os la describo. Ahora quiero profundizar en el fenómeno que rige el arquetipo actual del individuo, a partir de algo ocurrido estos días con el confinamiento de la pandemia del virus de la corona 2019. Los acontecimientos nos dan la oportunidad de activar lo que ya está en nuestros cuerpos, gestándose desde las líneas de la evolución general solo con movernos en nuestro día a día, respirar el presente y no anclarnos en dinámicas antiguas. 

Estamos entrando en un largo periodo de desarrollo del arquetipo que define las formas desde el principio más elemental del arte, una geometría perfeccionándose para materializar la belleza en su exactitud.

El fenómeno sucedido estos días, marca un cambio en la expresión de la identidad de especie. La palabra que lo define es AUTOCONSCIENCIA, y supone tal, además de que muestra un fenómeno extraordinario para estos tiempos. Os lo explico con un ejemplo. Imaginad que un determinado número de células de vuestro cuerpo, se da cuenta de la totalidad a la cual forma parte. Generalmente y hasta ahora no lo había hecho, vivía en su precisa función inconsciente, hasta que despierta, y ve que forma parte de un todo. El fenómeno no viene aislado, de la misma manera es consciente de sí misma, y puede diferenciar entonces todo aquello que ella no es en la diversidad específica de todas sus partes. Es consciente de sí misma, del todo como entidad diferenciada y de «el otro», también diferenciadamente. 
La autoconsciencia despierta la substancia de la individualidad, y eres capaz de ver cada identidad diferenciada, el «contorno» de la in-formación. Aquí empieza la comunicación, el aspecto consciente de la conexión existente de todo. 
Entonces, trasladando al tema al ser humano, una cantidad de substancia individual ha pasado a expresarse a través de la autoconsciencia. Muchos seres han despertado a este nuevo principio individual que incluye al resto, porque precisamente «el otro» no es una amenaza sino una oportunidad de intercambiar y enriquecer nuestro conocimiento. 
Este fenómeno tiene una importante connotación en la esfera del poder. La voluntad individual, el poder de decidir por uno mismo. El fenómeno del despertar de la identidad comporta la toma del poder, algo que sucede en el proceso de la individualización natural, la madre tierra pasa el poder de su supervivencia al hijo individuo. 
A nivel social, la dictadura a la que esta última etapa se está viendo sometida la Tierra, desaparece, aunque aparentemente en los acontecimientos actuales parezca que no es así, y fundamentándose en el miedo quieran hacer creer lo contrario. Los ciudadanos con el virus de la corona han mostrado miedo, sí, pero tras el miedo hay quien reacciona. Han habido personas que han superado ese miedo, por amor al servicio a la sociedad. Policías de todos los cuerpos, personal sanitario, trabajadores de los supermercados y producción de alimentos… Ellos han sido ejemplo de solidaridad, y al margen de las cuestiones todavía inexplicables de la situación, han estado ahí, y han inspirado a los demás a mirar por todos. 
La gente se ha quedado en casa, no porque una dictadura les dijera que lo hagan, y aunque muchos lo han hecho por miedo al virus o a no recibir multas, un número suficiente de personas lo ha hecho por solidaridad a los demás, y éste ha sido el click que ha activado los componentes que faltaban para completarnos, produciéndose este fenómeno de la autoconsciencia. Solo eso… Un movimiento de conexión y sincronicidad de lo que faltaba. El impulso heroico de mirar por los demás nos ha conectado, así de simple, y ha despertado el arquetipo individual en el número de seres suficientes para activar el poder individual, algo que hacía falta para acabar con los restos de la tiranía mundial.
El arquetipo de la individualización ha podido activarse porque las condiciones «químicas», es decir, los elementos o las combinaciones de circunstancias lo han hecho posible. Necesitábamos mirar por los demás para completar la consciencia colectiva como sucede en los ecosistemas de la naturaleza, y el impulso heroico. Dos combinaciones extraordinarias en este momento del tiempo. 

Veamos ahora más sobre este nuevo arquetipo, la forma del poder individual que inicia un periodo de desarrollo del arte de nuestra identidad en los próximos 800 años. 
Identidad… Veamos primero el concepto. Idéntico a qué? En la época de la falsa identificación, cuando el intelectualismo egoísta suplió al concepto del conocimiento, identidad era sinónimo de ego. Claro. Pero identidad, ese prefijo id- idéntico a qué? A lo que es, a la referencia. Os explico. Hemos vivido una época de «puentes», pontífices, maestros que conectaban con el conocimiento porque uno no podía llegar por sí mismo. Esto ha fomentado el poder de uno sobre otro, algo que con el principio de igualdad queda obsoleto, desde las líneas de la evolución general. 
Al completar el proceso de integridad de la consciencia colectiva, y la activación de la autoconsciencia, uno se ve a así mismo, y se reconecta con la fuente de referencia que todos tenemos por ley natural. El siguiente periodo no es época de pontífices, ni de maestros, porque uno es la propia fuente, uno puede acceder al conocimiento por sí mismo, a través de sí mismo. El fenómeno que lo define es el IGUAL, un símbolo que ahora sale del campo de las fórmulas físicas y matemáticas para entrar como base en las relaciones humanas. Empecemos por ver este fenómeno como lección en la pandemia. Un virus, quizá distingue razas, reinos y especies, pero no distingue pobres, ni ricos. Este virus de la corona ha demostrado que el dinero no es el poder, ni tampoco el atrasado sistema social, ni sanitario. El poder en La Tierra está en la naturaleza y en el individuo, los dos protagonistas de este «poner las cosas en su sitio». 
Además de la igualdad, otro fenómeno que caracteriza estos próximos 800 años es la EXACTITUD. Significa definir lo que es y no otra cosa, en la máxima precisión. Es la pureza, lo que es, sin ruidos. La verdad, la evidencia de algo. Esto es el poder de la accesibilidad a la información ahora, pues sin «ruidos» (impurezas), puedes llegar a todo. 

Vamos a entender también el concepto del tiempo. Por un lado, la exactitud nos lleva al eterno presente, con un desarrollo de rapidez, conexión y accesibilidad a la información como nunca. Es el poder de lo puro. Por otro lado, estar en el presente, que significa ser tú en tu identidad exacta, supone saber pensar en tiempos largos. La consideración a los demás, el despertar de la autoconsciencia nos abre al verdadero concepto del tiempo. Saber pensar en tiempos largos es considerar tu acción más allá de la pasada conducta egocéntrica. Planificar con exactitud considerando todas las posibilidades y viendo la realidad como campos de combinaciones y circunstancias, que pueden ser extraordinarias en la creatividad artística de uno mismo. Y aquí me adentro en este último punto que os quiero explicar que es el de la belleza. 
La belleza tiene una referencia. Necesitamos la conexión con ella para avanzar en nuestra particular obra de arte humana. Uno debe generar sus propios caminos para llegar a la verdad, la propia estructura de pensamiento, partiendo de la referencia que es nuestra química en su orden natural recuperada, la individualidad no entra en separatismos de la intelectualidad competitiva. Al contrario, considerando como base el todo, la consciencia colectiva de lo que somos como vida, avanzamos en la certeza de la opción libre que supone ser un humano. Así, la estructura de pensamiento parte de una referencia de acorde con nuestra configuración bioquímica particular en su componente diversificado, y con el aspecto común del orden natural colectivo. El mar de las referencias es el mundo de las posibilidades en el que todo creador debe estar conectado para ser libre en este momento, pues es el acceso a todas las ideas existentes, la mayoría inimaginables, que existen como posibilidad, lo que abre a la completa libertad de elegir entre todas las posibilidades que la existencia pone a tu disposición. 
La manera de pensar es la estructura que cada individuo crea para llegar al conocimiento por sí mismo, y está fuera de las limitaciones impuestas en el antiguo sistema intelectualizado. El acceso al conocimiento viene condicionado por su comprensión y sostenibilidad. Llegar a algo nuevo supone el reto de nuevos desarrollos, y completos en nuestra integridad natural siempre estamos conectados a la posibilidad total. 

© Meritxell Castells 23 abril 2020

Self-sincerity open the doors of all existing information

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