LA REFERENCIA

La referencia es el punto de partida a todo conocimiento. Pero cuál debería ser esta referencia ahora? Artículos2020 Meritxell Castells
La referencia es el punto de partida a todo conocimiento. Pero cuál debería ser esta referencia ahora? Artículos2020 Meritxell Castells

Cuando se combina una falsa referencia con una insuficiencia en el desarrollo del criterio, un pensamiento basado en la fe y poca voluntad al conocimiento, el resultado es la sociedad actual en La Tierra.

Como células de un cuerpo, unas tienen un desarrollo más que otras, pero… Hacia qué?

La referencia es el punto de partida, y ha de ser afín a nuestra dirección vital pues está en juego supervivencia y desarrollo. Hemos de ser flexibles a cuestionarla si algo no encaja. Pero, volvemos a la misma rueda… con qué? 

A ver… Pensemos. La referencia no puede ser algo adoptado, ha de ser algo que existe en nosotros como algo entrelazado entre nuestros sistemas elementales. La evolución está en juego, por ley natural de supervivencia esta referencia está en nuestros sistemas, aunque sea en un pequeño grupo de células que se debate por el desarrollo con el resto de impulsos desbocados del cuerpo vivo. 

El impulso constructor-destructor es una respuesta de la voluntad de existir y el inconformismo de hacerlo de la manera en que se está haciendo. Está claro que el impulso basado en adquirir riqueza ha aportado desarrollo industrial, tecnológico pero ahora ha quedado obsoleto en cuando a fuente de desarrollo individual, la mente, puerta de algo que se confunde con el acto de pensar, y que es el nuevo reto, la base de la expresión verdaderamente humana.

La acción genera desarrollo (memoria). En la conducta actual de las personas podemos ver que el sistema actual se ha fundamentado en generar memoria emocional y no estructuras de pensamiento que son las que abren el camino hacia la expresión como mente. El desarrollo como memoria emocional explica la conducta separatista ante la diferencia, lo nuevo, el cambio substancial. Y lo vemos en una fuerte tendencia, impulsos de guerra y paz aplicados a la conducta entre nosotros. Pero hay más… Quizá la guerra y la paz no son del todo comprendidas. Están dentro de uno, sí y son herramientas cuando se comprenden verdaderamente. La paz puede ser un estado inactivo, una especie de “happy power” que te aísla incluso al conocimiento. Y la guerra puede no ser comprendida cuando los contrarios se ven como enemigos y no como componentes de una belleza potencial.

El conocimiento conductual se ha transmitido de generación en generación. Lo normal no es cuestionado porque el intelecto se ha intelectualizado y solo cuestiona el apartado de la cuestionalidad del sistema, algo generado para entretener al poco impulso filosófico que queda. 

Estamos entrelazados con los reinos de la naturaleza, y aunque hayamos podido comprobar que somos diferentes ya en nuestro comportamiento celular, el eslabón todavía no se ha encontrado ni la evolución ha sido comprendida. Cuando algo es, es coherente con todo, y si esto no es así, cuestionar la referencia, identificar el error y arreglarlo. 

Si la transformación requiere consciencia de la situación actual, necesitamos esas substancias que la generen. Para eso somos muchos… Y si los generadores de referencia actual no lo han aportado, ir más allá de ellos. 

Analicemos por qué.

La ciencia no ha aportado la base científica de la religión porque ha anulado el principio espiritual del ser humano. Eso han sido errores del pasado que han de ser reconocidos de la misma manera que se reconoce un descubrimiento. Es evidente que hay mucho que se escapa, pero eso no es motivo de dejar de creer en nuestro criterio, como sí sería motivo ver que el conocimiento sea buscado por poder o reconocimiento. 

La ciencia ha de abrirse al principio espiritual humano, pero no con la estructura para conocer que usa habitualmente. Para conocer científicamente el mundo espiritual se necesita tener un principio de certeza impecable para no caer en la nebulosa de lo abstracto, que en la historia lo hemos visto en generaciones de superstición. Quizá aquí empezó a desviarse todo, y todavía algunos nos seguimos preguntando qué pasó realmente con los griegos.

El concepto del todo, incluso del vacío es también una idea precisa, exacta. Estos son términos que la ciencia tiene que llevar más allá de los números. Esto no significa dejar los números, al contrario, es llevar los números más allá de lo concreto. La matemática avanzada ya llega a estas puertas, pero se necesita sostenerlo desde la certeza para avanzar, y eso solo es posible con un estado de auto-sinceridad. 

Nos encontramos ante estas puertas cuando salimos del campo terrestre, el Sol mismo ya es un desafío a entrar en estas leyes. El conocimiento está ahí, y llegamos cuando estamos preparados para comprenderlo, es decir, cuando tenemos opción de no usarlo con fines destructivos. La ciencia avanza si el científico avanza. Las leyes espirituales las entendemos desde el nexus de ambos mundos… Ciencia y mística solo se encuentran de manera estable en un punto: certeza. La certeza es la puerta de la referencia, el Alma de la verdadera ciencia. 

Meritxell Castells,  9/1/2010

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