Los recortes en el CSIC solo provocan reacción a su permanencia. En ningún momento se plantea por qué el poder la hace prescindible.
No descartemos nada, ni tan solo el hecho de que se esté haciendo lo correcto aunque no lo parezca. Busquemos motivos, basándonos en la práctica de la necesidad evidente, que ahora radica en salir de la crisis.
La ciencia se ha convertido en liderazgo de creencia, pues alguien que observa la realidad y saca conclusiones ha de tener un grado impecable de verífica.
Pero en la práctica no siempre es así…
La balanza del personal científico se debate en la mayoría de los casos entre la verdad y la necesidad de cualidades como el renombre o la acomodación en una manera de proceder. La ciencia intenta ganarse el puesto en el poder, y el poder solo lo gana aquella expresión que aporta verdad, en una sociedad donde la verdad reclama ser un valor máximo.
El llegar a una conclusión es cerrar el movimiento de interacción-integración… Es el «ya está, ya lo hemos descubierto…ya sabemos cómo funciona».
Aquí está el problema, pues entender cómo funciona es entender los motivos de su existencia. El «cómo» puede observarse, pero no es completo, ni completamente verídico si no se sabe «el porqué».
Y esto es un tema más de filosofía que de ciencia…
Ante la necesidad de ser reconocido no se aprende a pensar, pues el renombre se antepone al saber.
Las cosas entran en crisis porque se pone en duda su imprescindibilidad. Si la investigación científica estuviera dando la solución para sacar adelante al país no se dudaría de su presencia plena.
El poder ahora está en quien sabe pensar, fuera de cualquier influencia instructiva.
La sociedad cambia… Necesitamos nuevas formas de enfocar la investigación, el progreso, la educación…entender nuestra historia en el edificio del tiempo.
El problema es que no se sabe pensar, pues se prioriza la conclusividad. Un ejemplo claro de este asunto está en la diferencia entre la facultad de la mente a pensar en lo concreto y en lo abstracto. Podemos pensar que la abstracción es para filósofos y la física teórica… Pero está en la sociedad, pues los cambios a los que nos enfrentamos en estos momentos requieren conocer asuntos que se entienden desde el pensamiento abstracto. Y hasta que no entremos en ello, no avanzamos.
Así pues, en mi opinión CSIC necesita renovar su enfoque, y un recorte no es más que una priorización… Dejar de dar tiempo a lo que ya no es necesario, y abrir puertas a nuevos conceptos que ofrecen una comprensión de la realidad más completa.
Cuando todo se ofrece pensado, no se aprende a pensar. El primer punto es abrirse a la posibilidad de que puedan existir otros puntos de vista que quizá no estemos viendo. Asumir la propia limitación del aprendizaje cognitivo en el tiempo, y avanzar sabia e humildemente. Es cuestión de generaciones…las nuevas mentes ya comprenden este asunto por defecto, pues manifiestan cualidades más humanas que prescinden de la actitud grupal jerárquica, típica del reino animal, con el matiz de la racionalidad que se manifiesta ahora. La competencia pasa a ser algo con uno mismo…por la propia certeza.
El mayor reto científico en estos momentos es entender la sociedad.
Posted by Meritxell Castells 15/7/2013