Si lo que pretendes es quedarte con el aspecto superficial de la comunicación, no sigas leyendo. Si lo que quieres es conocimiento, bienvenido 🙂
La interacción es una acción que empieza en las bases de la materia, y se contempla como algo que existe diferenciadamente. Venimos de una comunicación basada en el concepto del todo conectado (la vida) a los inicios del desarrollo de la mente, el definir, separando ese «todo» en partes diferenciadas. Son dos maneras contrarias de contemplar la realidad que deben integrarse…y lo hacemos, aunque esto suponga conflicto pues la exactitud de una comunicación ahora debe venir desde la conciencia individual. Esto significa más «fricción», que en términos habituales sería más contacto. ¿Por qué el contacto ha de ser un conflicto? Porque percibir la realidad desde la diferencia te hace verla como lo más separado de ti…es como algo hostil. La fricción es como dormir con el «enemigo», y como la comunicación es más intensa, aumenta la tensión repercutiendo en la integración…nada que el factor tiempo no solucione. Como veis, todo tiene sentido.
Lo que os acabo de explicar es una «fricción» por sí misma…¿lo notáis? Lo sabréis si os ha costado entender… Os diré algo. Al vivenciarlo como tensión (en-tender) ya lo habéis comprendido de una manera concreta, una de las que más valor tiene en todo el abanico del comprender. La «fricción» empieza aquí.
Vayamos al sentido de la comunicación… Es evidente que la acción de comprender va cambiando con nuestro desarrollo. Tenemos que vivirlas todas, y lo hacemos en la acción…y cuando una acción es analogía del comportamiento de las bases de la materia, la reacción es muy pura.
¿La finalidad de una interacción es aprender a interaccionar, o la importancia es lo que extraes del intercambio? Ambas cosas, y las veo como realidades diferentes…la dualidad onda-partícula conocida en física. El aspecto onda es la interacción, es el estado natural, pura posibilidad de comunicación. En cambio el fenómeno del existir sería el aspecto partícula, lo que define más al sujeto.
Si la acción es una posibilidad, vemos que cuadra con el sentido de esta, pues es igual con lo que te comuniques, lo que extraes es la propia acción, aprendes a comunicarte. En cambio, los que están realizando la comunicación son identidades que intercambian información, que no es más que partes de sí mismas.
Si la información que intercambian es muy completa, hay más «fricción», y la interacción será un acto más costoso, de más tensión. Lo que marca la cantidad de información que intercambias es el límite de cada sujeto, allí donde se manifiesta un estado «abierto» de ampliar la propia información. O sea, tenemos una identidad que sostiene la información que estamos preparados para sostener (comprender). ¿Entonces…cómo avanzamos? La información tiene puntos de interconexión como en una red con información más afín y que es como el próximo reto. Esto viene determinado por un lado, por la misma materia en su aspecto vida…la ley del mínimo gasto de energía, por otro, nuestras direcciones individuales. Ambas están conectadas, una sigue a la otra.
Este límite es como un estado «ión» dentro de la interacción. Así se manifiesta nuestro próximo reto, que podemos extrapolar en lo que nos atrae. Por eso aunque el aspecto diferenciativo de la mente se viva como algo separado, hay a la vez una atracción. Son estas dos maneras de interactuar que se van entrelazando, y que al integrarse claman nuevas maneras y así vamos avanzando.
Nuestra dirección evolutiva nos lleva a la «fricción» cada vez más fuerte, hasta comprender el mismo sentido de la interacción, que tiene que ver con el Amor en sí. Aquí podréis ver el aspecto voluntad del Amor, la intención (pura, como acción, interés) de un ser sobre otro.
El conflicto con la fricción es observable en la sociedad y cada vez más…al acercarnos con más exactitud a una información, pues lo hacemos desde una mente diferenciadora. Es algo que va a requerir tiempo, si no se desarrolla de manera íntegra, con la comprensión desde la vida.
La evolución tiene unos pasos muy claros en lo ya proyectado. La vida contacta «por defecto» con todo. Es algo natural. La mente diferencia para definir…saliendo de esa «conciencia del todo» para disgregar la materia en sus pequeños matices. Con esto la comunicación se abre un nuevo campo de posibilidades, pero lo vivimos desde una percepción «de diferencia». Sí…durante un tiempo estaremos entretenidos, os lo aseguro, pero el hecho de entender esto ya es un paso para integrar esa «fricción» y avanzar en el conocimiento, algo que todavía no hemos vivenciado como un gozo del intelecto.
Escrito por Meritxell Castells el 8/12/2013