Parece que nos encontremos en un desequilibrio general, una guerra de valores en toda su regla. No en el sentido que parece…Os lo explico.
Estamos en el tiempo y nuestra historia como sociedad es un edificio de valores. Como bien dice la palabra, cualquier valor es válido en un momento del tiempo, pues todos hemos de vivirlos, y saberlos trascender.
Observamos la vida, la sociedad y nos asustamos, la idea del equilibrio no la encontramos, todo lo contrario, parece que el desequilibrio va a más. Lo que conocemos como vida se está perdiendo en la naturaleza y en los cuerpos enfermos. El mundo se expresa en una forma de existencia que clasificamos como desorden. Pero, ¿esto es así realmente? ¿Estamos destruyendo todo? Si es así, ¿por qué hemos llegado hasta aquí?
Si queremos saber la verdad, no pongamos condicionantes, de ningún tipo.
Vamos a creer en nosotros, por un momento. Pensemos que donde estamos es correcto, que realmente estamos evolucionando perfectamente. ¿Cómo explicaríais lo que está pasando? Para dar una respuesta os propongo salir de la dualidad clasificadora bien-mal en la que estamos inmersos, precisamente son valores que salen de unas necesidades.
La manera que tenemos de desarrollar cualidades es a veces con métodos que pueden parecer drásticos. Si salimos del filtro dual, le daremos un sentido. Por ejemplo, muchos pueden pensar que un «Gamer» no está aportando nada a la sociedad, en cambio está desarrollando en el juego cualidades que en un futuro próximo le van a ser muy útiles, más de lo que parece.
El progreso asusta, y existe un gran número de personas que se opone fanáticamente, aferrándose a las maneras de proceder antiguas, y en lucha constante hacia lo que parece una destrucción de la naturaleza. Por otro lado, el otro extremo, los defensores de lo sintético, se aferran a cualquier manifestación considerada progreso de manera radical, sometiéndose a todo creyéndolo como algo superior.
después está la sociedad neutral, se adapta y prueba el progreso, observan hacia dónde vamos, sin entender pero su estado neutral les hace avanzar, pues sienten que quieren hacerlo.
Todas las expresiones son válidas en su momento evolutivo. Seguir en los valores antiguos no facilita la comprensión de los eventos actuales, la interacción con los nuevos elementos y los cambios en nuestros cuerpos, que nos permiten adaptarnos a las demandas de la época. Por ejemplo, no podemos huir eternamente de los tóxicos…debemos fortalecer nuestro organismo para extraer lo que evolutivamente nos ha de aportar, sin que nos afecte su parte tóxica. Pensaréis que nada «bueno» puede aportar un tóxico…quitad la dualidad, quitamos el «bueno». ¿qué puede aportar un tóxico que nos haga evolucionar? Si quitamos la barrera, nos aporta fortaleza, resistencia. Si dejamos la barrera dual, nos mata lentamente.
El progreso es creación nuestra, habla de nuestras direcciones, de lo que queremos experimentar. Todo lo que vivimos forma parte de lo que nos aporta conocimiento. La vida en un ecosistema virgen de la naturaleza, puede ser ideal, pero es armonía inconsciente. Evolucionamos, y el paso es que todo lo que es progreso siga siendo ecosistema perfecto. Partimos de un orden natural, ¿podemos seguir manifestándolo en la tecnología?, ¿en el desarrollo?, ¿en la comida procesada?, ¿en la industria de cualquier tipo?…
Evidentemente no busquemos la misma expresión que en el ecosistema virgen, pues se compone de otros elementos. El progreso y el orden natural no son cosas contrarias. Es todo un arte en nuestra evolución saberlo expresar.
Posted by Meritxell Castells 30/3/2013